La trufa negra (Tuber melanosporum), el “diamante negro de la cocina” es el alimento más caro del mundo. Ha comenzado a popularizarse y la demanda de trufas para consumo aumenta sin cesar. En consecuencia, hoy en día, el cultivo de la trufa negra proporciona una buena oportunidad de negocio.
Su cultivo está en auge, y muchos son los propietarios de fincas que se preguntan: ¿Yo puedo sembrar trufas en mi finca?.
Primero hay que decir que hoy podemos sembrar trufas casi en cualquier parte. De hecho, la trufa es un hongo subterráneo del mediterráneo (España, Francia e Italia, principalmente), y sin embargo, lo han cultivado, con excelentes producciones, tanto en Nueva Zelanda como en Chile. Para ello, han modificado el suelo, y podría decirse que hasta el clima.
De forma natural se produce en el monte mediterráneo basófilo, es decir en suelos de pH básico generado, normalmente, por sustratos calizos. Por ello, en España sería fácil cultivar trufas en la denominada “España caliza”, que se localiza en la mitad Este de nuestro país, su área de distribución natural y el lugar adecuado para sembrar trufas. Sin embargo, también podríamos cultivarlas en la otra mitad de España, siempre que corrijamos el sustrato subiendo el pH y aportando caliza (lo cual no es muy difícil).
Otro requerimiento de la trufa es que en la zona se produzcan varias tormentas de verano. Pero, este condicionante climático también podemos conseguirlo simulando estas tormentas veraniegas mediante varios riegos en el momento y forma apropiada.
La altitud, también resulta un factor a tener en cuenta ya, que en estado silvestre, este hongo habita entre los 500-1200 metros de altitud. No obstante, existen casos aislados y esporádicos de producciones de trufa negra a 200 msnm.
La calidad de la materia orgánica del suelo, que la convierte en el suelo apropiado para la fructificación de la trufa, también podemos proporcionársela con sustratos para nidos de trufas, e incrementar la producción.
Para resumir, podemos decir que se pueden sembrar trufas casi en cualquier parte, si bien se obtendrán mayores producciones y a menor costo, si se realizan en las condiciones más óptimas posibles: en fincas situadas entre los 500-1200 metros de altitud, con suelos de naturaleza caliza, aireados o poco compactados por arcillas.
Si su finca posee estas condiciones, le damos la enhorabuena, y le animamos a sembrar trufas, es el momento adecuado.