Es una perra de pequeño tamaño, de la línea francesa, pero morfológicamente muy bien constituida. Sus gruesas y cortas patas, le proporcionan una estupenda adaptación a abrir hoyos para extraer las trufas encontradas. También le proporcionan una adecuada cercanía de su nariz al suelo, para rastrearlo intensamente.

Cuando el truficultor no consigue extraer la trufa, por la dificultad del terreno (en zonas pedregosas, etc), Luna es una ayudante inestimable, pues sabe exactamente donde está la trufa, y dirige sus acciones o excavaduras hacia el lugar exacto, sin gastar energía en el entorno.

A veces se adivina en ella ciertos caracteres bracoides y de sabueso (las razas con mejor olfato). Tiene un olfato muy fino. En algunas jornadas de recolección de trufas, tiende a separarse hacia otro lugar diferente al que estamos dedicando la búsqueda. Si esto ocurre, no es por azar, es que en ese otro lugar están las trufas, a veces, a más de 150 metros de distancia. No falla.

Es una de las perras más obedientes que tenemos, si bien, si huele una trufa, es difícil que no vaya a buscarla, ese es su trabajo, y así nos gusta que sea, aunque tenga ese pequeño inconveniente cuando no queremos que busque más.

Su pequeño tamaño hace que nos pueda acompañar a cualquier lugar. Cabe en un transportín de perros pequeño, aunque su fortaleza hace que sea muy densa, y pese algo más de lo que aparenta. No causa problemas ni molestias en Hoteles ni otros alojamientos, ha sido criada en campo y en ciudad y sabe guardar ciertos modales, aunque no todos.